Y sigo bajando

Acabo de actualizar la pestaña "Perdiendo peso" del blog, con los datos de mis pesajes de finales de julio hasta ahora.

Este fin de semana estuve releyendo las entradas antiguas del blog, de hace un par de años. Y, al menos para mí, han sido motivadoras. Fue una época en que estaba muy concienciada con la comida y con el ejercicio físico. Me ha servido para centrarme de nuevo un poco y para animarme a continuar. Porque tengo la sensación que esta vez voy bien. Que esta vez lo conseguiré.

Estoy ya con la última fase de mi dieta proteica. Sólo tomo un producto proteico al día (una barrita, o unas galletas, o un batido). Las demás comidas ya son "normales". Y esta semana que he estado bastante motivada he seguido perdiendo peso. Ayer vi en la báscula los 81,7 kg. Y hacía mucho, casi 2 años, en que no pesaba tan poco.

Lo mejor de todo es que me encuentro genial físicamente. La ropa vuelve a entrar. Me he comprado unos tejanos rojos dos tallas menos de los que gastaba a principios de verano. Con mis antigos 93 kg no se me hubiera ocurrido comprarme un pantalón rojo ni loca, no fuera caso que se me viera aún más. Pero ahora sí. Y me sientan bien. Me está pasando algo parecido con las camisetas y blusitas. La XL ya no es mi talla, me va grande. Mi talla vuelve a ser a la L.

En definitiva... que estoy de subidón.

Y voy a volver a actualizar este blog con regularidad, como si fuera mi diario de comidas, como hacía hace un par de años. Volveré a anotar, prácticamente a diario, qué como y que dejo de comer. En aquella época me fue muy bien como forma de autocontrol, y creo que volverá a servirme.

Empiezo hoy. Por la noche volveré a actualizar con mis comidas.

Y ya para acabar... Ayer participé en la Carrera de la Mujer de mi ciudad. Son sólo 5 km y, por primera vez en mucho tiempo, bajé de los 30 minutos. Es decir, que corrí los km a menos de 6 minutos por km. Este acostumbra a ser mi objetivo cuando corro, pero hacía mucho mucho mucho que no lo conseguía. Incluso corrí un km a 5:18 min, lo cual, para mí, es un tiempazo. Aparte del crono, lo mejor son las sensaciones al acabar la carrera: me sentí genial, con energía, respirando súper bien. Con 93 kg eso no me pasaba, evidentemente.