Estabilizada

Mañana hará un mes de la última publicación. El 21/09 pesaba 81,7 kg, y hoy pesaba 81,6 kg. Es decir... que me he mantenido, y eso está bien.

Dejé la fase final de la dieta proteica que estaba haciendo. Me cansé. Así que teóricamente ahora estoy haciendo mantenimiento, pero mantenimiento a mi manera. Y de momento me está yendo bien.

Si lo hiciera bien del todo, seguiría bajando de peso, porque es evidente que con 81,6 kg encima me sigue sobrando peso. Pero tengo ansiedad, nervios en el trabajo, y a pesar que intento no hacer como siempre, acabo volviendo a la comida, al maldito dulce. De momento no es preocupante y está controlado -o eso creo yo-, pero si no picoteara dulce ni me "permitiera" según qué meriendas según que días, pues seguiría bajando.

De momento sí que he eliminado de mi dieta los hidratos de carbono refinados (pasta, arroz, pan blanco...) y tengo que decir que se nota muchísimo. Me siento mucho mejor, no tengo el dolor de barriga que tenía al poco rato de comerlos (especialmente el arroz), mis digestiones son mucho más fáciles y no me siento hinchada. En resumen, que no los echo en falta para nada.

Pero mi caballo de batalla particular es el azúcar. Me cuesta mucho resistirme. Hay días que lo consigo, pero otros no. Y cuando tiene que bajarme la regla... débil total. Sucumbo directamente, me lo pide el cuerpo, azúcar en vena.

Tengo que mejorar esto.

Por lo demás... estoy haciendo ejercicio, 4-5 días por semana. Rutinas en casa, y también intento salir a correr como mínimo un día. Empieza a hacer frío, y me cuesta más salir, pero una vez estoy fuera, corriendo, las sensaciones que tengo son geniales.

En realidad, los días que no entreno lo paso mal. Necesito mi ración diaria o cuasi-diaria de endorfinas o lo que sea que se segregue con el ejercicio físico. A ver si no vuelvo a perderme.

En general, de julio hasta ahora, creo que mi mente ha hecho un cambio de chip importante. Y estoy orgullosa de ello.

Objetivo: guerra al azúcar. Si consigo ganar la batalla, volveré a bajar de peso.

Y sigo bajando

Acabo de actualizar la pestaña "Perdiendo peso" del blog, con los datos de mis pesajes de finales de julio hasta ahora.

Este fin de semana estuve releyendo las entradas antiguas del blog, de hace un par de años. Y, al menos para mí, han sido motivadoras. Fue una época en que estaba muy concienciada con la comida y con el ejercicio físico. Me ha servido para centrarme de nuevo un poco y para animarme a continuar. Porque tengo la sensación que esta vez voy bien. Que esta vez lo conseguiré.

Estoy ya con la última fase de mi dieta proteica. Sólo tomo un producto proteico al día (una barrita, o unas galletas, o un batido). Las demás comidas ya son "normales". Y esta semana que he estado bastante motivada he seguido perdiendo peso. Ayer vi en la báscula los 81,7 kg. Y hacía mucho, casi 2 años, en que no pesaba tan poco.

Lo mejor de todo es que me encuentro genial físicamente. La ropa vuelve a entrar. Me he comprado unos tejanos rojos dos tallas menos de los que gastaba a principios de verano. Con mis antigos 93 kg no se me hubiera ocurrido comprarme un pantalón rojo ni loca, no fuera caso que se me viera aún más. Pero ahora sí. Y me sientan bien. Me está pasando algo parecido con las camisetas y blusitas. La XL ya no es mi talla, me va grande. Mi talla vuelve a ser a la L.

En definitiva... que estoy de subidón.

Y voy a volver a actualizar este blog con regularidad, como si fuera mi diario de comidas, como hacía hace un par de años. Volveré a anotar, prácticamente a diario, qué como y que dejo de comer. En aquella época me fue muy bien como forma de autocontrol, y creo que volverá a servirme.

Empiezo hoy. Por la noche volveré a actualizar con mis comidas.

Y ya para acabar... Ayer participé en la Carrera de la Mujer de mi ciudad. Son sólo 5 km y, por primera vez en mucho tiempo, bajé de los 30 minutos. Es decir, que corrí los km a menos de 6 minutos por km. Este acostumbra a ser mi objetivo cuando corro, pero hacía mucho mucho mucho que no lo conseguía. Incluso corrí un km a 5:18 min, lo cual, para mí, es un tiempazo. Aparte del crono, lo mejor son las sensaciones al acabar la carrera: me sentí genial, con energía, respirando súper bien. Con 93 kg eso no me pasaba, evidentemente.

Corre, corre, maldita

¡Vuelvo a correr! Esta fue LA noticia de ayer. Y aún me dura el subidón, la adrenalina segregada, lo que sea.

No recuerdo cuando empezé a correr. Hace ya unos cuantos años (5 o 6). Pero nunca he persistido. He empezado. Lo he dejado. He vuelto a empezar. Lo he vuelto a dejar. Porque salir a correr una vez al mes no es correr. Vaya, al menos como yo lo veo.

En agosto, cuando volví a hacer dieta y a intentar perder peso, también me propuse volver a correr. Pero soy muy consciente que correr con sobrepeso a mi me limita. No es lo mismo correr con los 93 kg que pesaba a finales de julio, que correr con los 82,5 que, más o menos, peso ahora. Esos 10 kg de lastre me minan, y mucho.

Hace un par de semanas salí a andar, y se me hizo tarde. Los 3 últimos km hasta llegar a casa los hice corriendo. Y las sensaciones fueron geniales. Tan geniales que me apunte a la "Cursa de la Mercè", que se corría ayer en Barcelona. La intención era salir a entrenar, pero no lo hice (lluvias torrenciales algunos días, vacaciones y excusas otros días). El viernes sí que salí, hice unos 7 km, disfrutandólos y con buenísimas sensaciones.

Y ayer fue el día D. 10 km por las calles de Barcelona. No estaba demasiado segura de poder terminar. Me tranquilizaba diciendo que si no podía hacerla corriendo, la haría caminando (había de margen para terminarla 1h y 45 min, tiempo suficiente para poder hacerla andando). Pero lo hice corriendo (parando 2 minutos en que andé, eso sí), pero corrí. A un ritmo lento, pero ése es mi ritmo si peso 82,5 kg. Si sigo bajando de peso, mi ritmo también bajará, estoy segurísima.

Y fui súper bien toda la carrera. No sufrí. Disfruté. Paso a paso, metro a metro, calle a calle. Avanzando poco a poco hasta la meta. A mi ritmo, claro que sí, pero de eso se trata.

Con 93 kg no hubiera terminado la carrera, imposible. O igual sí, como había terminado otras, pero pasándolo mal, notándome físicamente muy arrastrada a pesar de los entrenos, y haciendo sufrir a pies y rodillas que me obligaban a parar de correr durante largas temporadas.

Ahora tengo "mono". Hoy toca descanso, pero mañana toca salir a correr unos km. Y el domingo estoy apuntada en la "Cursa" de la Mujer de mi ciudad, de 5 km.

Perdiendo peso

Estoy perdiendo peso. Estoy muy contenta con la decisión que tomé la última semana de julio. Había terminado mis vacaciones y había vuelto del viaje a Turquía especialmente hinchada. Había fotos en que parecía un globo. Pensé en no hacer nada, en ponerme a ello en septiembre, y pasar agosto comiendo como si se terminara el mundo. Pero tengo una foto que fue especialmente dolorosa de ver, y me hizo hacer el "click" necesario.

Estas 6 semanas he estado haciendo una dieta proteica de DietFlash. He estado contando mis "vivencias" en mi otro blog. En realidad aún no he terminado. Estoy muy harta de la dieta en cuestión, pero no quiero abandonar sin haber terminado todas las fases y sin que me hayan reintroducido todos los alimentos de nuevo. Esta semana (mañana pasaré a fase 5, y ya después a mantenimiento.

A lo que iba... hoy me he pesado y pesaba 82,1 kg. El 20/07/2015, que fue cuando comenzé la dieta, pesaba 93,3 kg. He perdido 11,2 kg en muy poco tiempo. Las 2 primeras semanas fue cuando perdí más, después he ido perdiendo más lentamente. Me veo mucho mejor. Y me siento infinitamente mejor. Y estoy muy animada para cambiar mis hábitos -esta vez, sí-. Me ha hecho mucho bien leerme "Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma sana y saludable", de L. Jiménez. Ayer comenzé "El cerebro obeso", del mismo autor.

Respeto

Ayer estaba leyendo "Muchachas 3", el último tomo de la nueva trilogía de Katherine Pancol, que estoy devorando, y me encontré con un fragmento que parecía escrito expresamente para mí. Me encantó y voy a compartirlo a continuación:


"Entonces lo entendió. No hay que exigir respeto a los demás sino a uno mismo. Los demás lo reconocen. O no. Eso no es el problema.

El respeto está ahí, permanece.

Viene la noche, suena la hora

Los días se alejan y aquí me dejan *

E inmediatamente todo es muy fácil. El cuerpo adelgaza, se desliza sin problemas en los pantalones, los pies se alzan sobre tacones altos, el flequillo se acorta. Todo recupera aplomo. 

La felicidad es cosa de una misma. Hay que decirse: te quiero. Decirse: eres una mujer estupenda. Añadir: erez capaz de hacerlo.

¿El qué?

Lo que tú quieras.

¿Y lo conseguiré?

Claro. No hagas caso a los demás.

Eso es lo que hay que decirse para ser feliz."

*Apollinaire, Le pont Mirabeau